Con la táctica de la tortuga, todos bajo los escudos, las legiones romanas tomaron el mundo. De la misma forma, Mourinho metió al Inter en la final, tras un partido de un planteamiento troglodita: todos atrás y que pase el tiempo. Pensé durante todo el partido que era imposible evitar de esa manera que el Barça hiciera dos goles, porque lo seguro era que el Inter no haría ninguno.Pero no los hizo. El Barça estuvo espeso y aunque recibió el favor gordo de la expulsión de Motta, no supo desvencijar aquel amontonamiento de hombres y escudos. Un tiro de Messi, un cabezazo de Bojan, el gol de Piqué... Eso fue todo.
El partido tiene una consecuencia que me resulta tranquilizadora: el Barça no jugará la final del Bernabéu, posibilidad que venía acompañada de presagios de malos rollos. Cibeles puede dormir tranquila. Pero hay otra más: Florentino lleva tiempo loco por la música de sustituir a Pellegrini y Mourinho quiere ser el hombre. En Pellegrini ve falta de liderazgo, Mourinho es un líder y tras esto ha ganado muchísimas papeletas.
jueves, 29 de abril de 2010
El Barça sin final en el Bernabeu
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